jueves, 23 de julio de 2015

Día 9

23-06-15

A veces te pienso, otras veces no te recuerdo ni una sola vez.

Supongo que la falta que me haces es proporcional a los cigarros que me fumo. Aunque de hecho, es un mito que me invento pues no llevo ningún cigarro y siento tu ausencia de una forma desastrosa.

Hoy es un día que parece querer recorrer mi trayectoria amorosa, gente que pasó antes de ti y gente que pasó después de ti. Y es que así es la forma en que mido el tiempo, así como en historia existe el término A.C. y D.C. en mi vida existe antes de Ángel y después de Ángel.

Otra vez no puedo dormir, ¡qué novedad!

La cabeza me da vueltas en la idea de que a tu regreso nos besaremos, haremos el amor y caeremos en la cuenta de que somos el uno para el otro y que jamás debimos separarnos. Luego está la otra idea perversa de no volver a verte, enviar tus cosas por correo a tu casa, para evitarnos los convencionalismos –llamémosle pretextos- de estarnos viendo por uno u otro olvido.

Luego se borra esa idea y viene a mi mente la magnitud de tu maldad. Sabes que siempre he preferido cuando es la última vez de algo. Que prefiero disfrutar las cosas antes de que termine, si es que el final es inevitable. Y tuviste tiempo de avisarme, para disfrutar nuestra última noche juntos. Aunque tal vez si me avisaste y yo no puse la atención necesaria, se notaba en tu falta de caricias, en tus ausentes llamadas, en la falta de un “te amo”.

La última vez que hablamos te pedí que me dejaras, nunca creí que fueras así de obediente, nunca lo habías sido. Aunque me haces falta, sé que fue lo mejor.

Sólo espero que donde estés, me recuerdes tanto o más que yo. Aunque suene egoísta.




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