sábado, 5 de noviembre de 2011

Epístola a un "SinNombre"


Escribí en un papel blanco las cosas que no supe decirte, y de las que ya jamás podré hablarte.
Guardé las letras que te nombran por las noches, en cada sueño, en cada desvelo...
Suelo añorar ese momento en el que llamabas a la misma hora y eras ese que todavía tenía nombre: Julio.
Y ahora ya todo es la nada; promesas, palabras, silencios, tu canción. Lo es el momento en que sucedes, y ese capítulo donde te supliqué un por siempre y me diste un jamás.
Era la noche y su reguero de recuerdos los que me hacían quererte, y ahora que son más largas esa esperanza de que vuelvas a llamar y cantar sólo para mí se hace más tenue.

Recuerdo cuando tomaste mi mano debajo de la mesa
con la otra mano escribiste en la servilleta arrugada y manchada "EL AMOR SE VA A ESTRELLAR"
Advertiste que debía recordarlo siempre y el silencio quedó como cómplice de lo improbable.
Así la locura insuperable le ganó a la razón de lo innombrable.
te convertiste en un sin nombre y sólo escuchaba "DIME"
Todo quedó desnudo de significados y dejaste de estar.
Hice todo mal, quererte despacio, amarte de prisa, esperar demasiado, apresurarme poco.
Y el final fue inmediato...

La primera vez que te vi se parecía tanto a la última.


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