Otra noche de insomnio, no son sueños con ojos abiertos, ni música en volumen alto de vecinos, mucho menos son los maullidos de los gatos, no es ansia de cigarros o tragos de licor, ni siquiera apuntes que estudiar, mucho menos es una llamada de esas que me solían despertar lo que provoca que no pueda dormir.
Ojalá tuviera una causa buena para mantenerme despierta a las 4:57 a.m. Aunque no lo creas preferiría que me hubieras dicho tantas cosas hirientes que me mantendrían en estado melancólico dando vueltas en la almohada, o hubiera sido mejor que llamaras diciendo que tenías otra canción y que esta vez si me invitarías a verte tocar, aprendería el coro en segundos "Dime si sabes a donde vas" y así la causa de mi desvelo sería por tu culpa.
Otra noche en las que ya no anhelo dormir por que tengo que levantarme temprano, sino que deseo dormir por el simple hecho de no bostezar a la hora de mis clases, de no dormir en el camión y despertar en Insurgentes. Y ya si no puedo dormir, ojalá tuviera alguna razón, alegre, triste, triste, alegre, soñando despierta con tu voz, tu nariz, tus manos. Contando uno a uno el parpadeo. Estar despierta fumando un cigarro y leyendote líneas cursis, o mis apuntes para explicarte como lo entiendo y reír con chistes malos, podría imaginarte cantando, poniendo stairway to heaven al máximo y saltara en el techo, tocar mi didgeridoo en la terraza, entonces sería una noche genial, y sí serías tú el culpable de que no este durmiendo. Pero no es así, y ahora entiendo porque no puedo dormir.
Necesitas esforzarte un poco más, porque no puedo dormir y en realidad no es culpa tuya. Es culpa mía que te pienso sin tener razones especiales para hacerlo.
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