Noticia de última hora:
Los periódicos se abarrotaron para cubrir la nota de un extraño suceso meteorológico.
La lluvia se congregaba en una sola casa del vecindario, no fue una lluvia ambulante, se trataba de un evento que sucedía al momento, ¡no paraba de llover sobre esa casa!
A las 6:00 a.m., la señora que habitaba ahí, se levantó por un café, notó que la misma sabía rebajada, sabía solo a agua que se enfriaba demasiado pronto.
Poco después se percató de las goteras que existían, y que las gotas que caían, estaban rebajando su café, así que subió al techo a barrer el agua que pudiera estar estancada; ahí se percató que había una fuerte tormenta que había causado la inundación pluvial. Sin embargo, las casas vecinas, se encontraban secas.
Regresó a su casa por un impermeable y unas botas para poder salir a afrontar la lluvia y verificar el estado de su casa.
La infraestructura ya se encontraba dañada, eran evidentes los menoscabos a simple vista. La casa tenía que ser destruida desde sus cimientos para reconstruirla y hacerla más resistente a ese tipo de fenómenos.
La tormenta no cesaba, pero ella era la única damnificada. Nadie podía acudir a su rescate en esa casa, hasta que la lluvia se detuviera.
Las precipitaciones hicieron que el agua se acumulara alrededor de la casa, más tarde se desbordó al interior, rompió las ventanas, destruyó los muebles, arruinó los pisos, deshizo los libros, asoló la casa.
Después de la tormenta, la gente que cubría la nota de la casa imán de tormentas junto a los bomberos y uno que otro curioso, entraron a rescatar a la señora que habitaba dentro, quien desapareció entre los fragmentos y escombros de aquello que llamaba hogar.
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