lunes, 8 de agosto de 2016

Karen

Yo odié tu lunar sexy, odié tus labios sensuales, odié que hubieras logrado tener lo que yo tanto anhelé y ni con máximos esfuerzos conseguí.
Te odiaba por ser tú y yo no ser un poquito parecida a ti
Y ahora estás muerta, y no puedo evitar sentirme culpable por albergar ese sentimiento en contra de alguien que jamás conocí más que en dos fotografías.
No puedo dejar de pensar en que quizás si te hubiera odiado un poco menos, no estarías muerta. O tal vez, si no hubiera hecho caso a tus labios y a tu lunar, no me hubiera percatado de lamentable percance.
Como sea, siento mucho haberte odiado. Prometo no odiar a nadie más por razones tan tontas como ésta. No me conoces, pero yo sí a ti un poquito, y con ese poquito, envío mis condolencias a quien sí conoces y a quienes te conocieron, incluyendo a aquél por quien te conocí.
Nunca sé reaccionar bien a perdidas de personas tan jóvenes como tú.
Usualmente la muerte siempre me ha parecido morbosa, esta vez, me parece dolorosa.
Realmente no te odié,  lo que sucedió fue que busqué defectos para pensar que podía aferrarme de alguno y estar con quien alguna vez estuvo contigo, pero no los encontré, tan natural y cool siempre, tan feliz y despreocupada, creo que te envidiaba un poquito por el aspecto que tenías en tus dos fotos. Ese odio es realmente admiración, pues a lo que tú llamaste amor en el pasado, yo le llamé despedida hace unos días, y ese sentimiento que tú tuviste, y que te tuvieron no es tan fácil de lograr.
Espero hayas tenido eso en mente, al menos durante algún segundo de tu vida.
Por cierto, mucho gusto,  soy Atzin, y tú eras guapísima, Karen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario