domingo, 22 de abril de 2012

Preguntan que por qué miro siempre al cielo...
Pues no ven que en las nubes están los colores.
En las copas de los árboles se quedan las ilusiones,
y en las fotos se quedan las pretensiones.

Sócrates


Le gustaba creer que eran mujeres corriendo en tacones sobre su azotea y no una fuerte tormenta el único ruido que se escuchaba.

También le gustaba pensar en la teoría de que; al igual que los latidos del corazón, venimos al mundo con las sonrisas contadas y un número de lágrimas predeterminado.

Se preguntaba si el llanto era contagioso, como lo es la risa.

Creía que las lagunas mentales que a veces tenía, eran las lágrimas que contuvo por temor a que lo viera llorar.

Pretendía que no le dolía, porque le salía muy bien por las mañanas.

Dormía a horas extrañas, tenía cuadros de despersonalización pandeantes y escribía con muy bonita letra.

Solía vestirse con estilo para ir a trabajar, nunca se le veía una prenda igual; pero sí salía siempre con el mismo viejo recuerdo: Lizza

            "Aproximadamente veinte minutos de silencio incómodo. Ella llorando discretamente, él fumando sin atreverse a verla. Intentando, los dos, disimular esa despedida de la que los consumidores eran testigos."

            "Se termina el cigarro y él sin poder contener el llanto termina su café, ella haciendo el té a un lado, era el momento."

            "Quedaba una sonrisa desdibujada, ambos fumando, y a pesar del pretexto lírico y las palabras que intentan darse, contuvo las lágrimas, conocieron el final esa noche."

Al final no sabía nada, pero igual le gustaba crear teorías, imaginar preguntas e inventar sus respuestas.


domingo, 12 de febrero de 2012

Ya no me inspiras nada

Una historia, que demuestra en mucho que los seres humanos somos seres llenos de contradicciones; resulta que existió un personaje en la Francia del siglos XIX, un escritor que se llamaba Baudelaire, que trabajo poco mas de 40 años como contador de una empresa, una empresa textil y un buen dijo ya, se acabo, me voy a dedicar a escribir y decidió mandarlo todo por un tuvo y decidió dedicarse a escribir, sin la garantía de que su trabajo trascendiera, entonces el cuenta que una vez, sentado en un bar o una cantina, se le apareció el diablo y le dijo,- yo te puedo hacer el escritor mas importante de toda Francia-, y Baudelaire dijo- y que garantía tengo yo de que cumplas tu palabra, si eres el diablo, ¿quien va a confiar en el diablo? y le dijo el diablo, es muy sencillo, tu me das tu alma y yo te hago el escritor mas importante de toda Francia, afin de cuentas Baudelaire era contador, era muy "cuadrado", y después de varios alcoholes el diablo se dio cuenta de que no lo iba a convencer y le dijo- bueno ya, basta, de todos modos para que me creas y por el simple afán de recobrar mi credibilidad, te voy a hacer el escritor mas importante, no de Francia, te voy a hacer el escritor mas importante de este siglo, acto seguido Baudelaire, se quedo pasmado no supo que contestar, y el diablo enojado no sabiendo si le avía creído o no, salio de la cantina, en cuanto el diablo cruzo la puerta Baudelaire, miro al cielo y dijo- dios mio, que el diablo cumpla su palabra, esto nos habla de la gran cantidad de contradicciones que tenemos los seres humanos, y que muchas veces cuando uno dice, te odio en realidad esta diciendo te quiero, y que cuando uno dice no te necesito, en realidad dice, me estoy muriendo por ti, y cuando uno dice ya te olvide, en realidad esta diciendo te recuerdo mas que nunca y así muchos ejemplos más-
Entiende entonces la realidad de la expresión "Ya no me inspiras nada", ni siquiera un pequeño fragmento robado de una canción.